Cuentan los antiguos pobladores que en el cerro de la vieja habia un manantial y junto a este un inmenso árbol de higeron, rodeado de un bosque muy solitario que a partir de las 6:00 pm se escuchaban voces solitarias provenientes del mismo lugar. Dicen que esas voces eran las de un duendecillo muy pequeño, de cabeza muy larga y con una sonrriza estupenda que dando brincos alrrededor del árbol de higueron cantaba unas melodias muy hermosas.
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